S-22/CNTE: El chantaje perpetuo

“La habitual rapacidad del demagogo”
Salustio, Guerra de Jugurta, 10.6, p.110

1).- Historia truculenta

En 1979-1980, en el fragor de la inconformidad para abatir el charrismo sindical, enquistado en “Vanguardia Revolucionaria”, representada por Carlos Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo, nació la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Se fueron los charros, pero llegaron los radicales y enfermos. Se acabó una autocracia; empezó una ominosa dictadura. Aquel discurso proclive al PRI se trastocó en otro, con visos de izquierda delirante, anclada en una ideología acartonada y rebasada en el mundo de las ideas.

La película de una revolución socialista que sólo pervive en ciertos gobiernos bananeros, sigue contagiando a nuestros eximios mentores desde hace más de cuatro décadas Por ello, no dejan de seguir repitiendo como loros viejas consignas, con su mano izquierda levantada, porque con la derecha cobran lo que no han devengado. La CNTE no representa al magisterio del país. Es un segmento minoritario del mismo. Oaxaca, Guerrero, Michoacán y la CDMX. Pero, las tribus magisteriales oaxaqueñas son las de mayor membresía.

El Cártel 22 –no llamado así de manera fortuita- tiene mano. A lo largo de esos 44 años ha impuesto su ley… y el doble discurso de sus dirigentes. Los peores vicios se han arraigado ahí. Un asambleísmo pernicioso, uso discrecional de las cuotas sindicales, tráfico de influencias y un sistema de premios y castigos en donde se califica el activismo. Además, venta de plazas, cambios de adscripción, incremento de horas/clase, casi el cobro de piso. Los capos dicen defender las causas de sus agremiados, pero sólo ven por sus intereses. Hay que ver nada más cómo viven hoy en día quienes del movimiento magisterial devinieron apóstoles de la 4T. Los Sibaja Mendoza, Santiago Chepi y otros especímenes. Dicen seguir la filosofía del Ché Guevara, pero quieren vivir como el Ché Murat.

Una cita de Tito Livio (Historia de Roma, Tomo I, Libro III, 68.10, p. 334), pinta de cuerpo entero a estos falsos redentores sociales: “… de forma que el que habla al pueblo buscando su propio interés cae mejor que el que piensa únicamente en el interés público… o ¿acaso se cree que esos demagogos te incitan e instigan por tu propio bien?”. Sin embargo, gracias al clima de terror que han desatado en Oaxaca, sus dirigentes han hecho de un ente sindical, una especie de organización criminal. Ahí está Yenny Aracely Pérez Martínez, la actual dirigente del Cártel 22, con sus paros locos, suspensiones para celebrar efemérides del martirologio magisterial y, más aún, enarbolando la amenaza de un paro indefinido y hasta boicot a la jornada electoral. La vieja consigna de que fueran recibidos por AMLO se cumplió. Pero, no hay reversa en la Reforma Educativa. 

2).- Chantaje por votos

El magisterio oaxaqueño es un segmento eternamente insatisfecho… y perpetuamente chantajista. Luego de 5 años de calma chicha en el pasado régimen –pandemia de por medio-, y bien maiceados Eloy López Hernández y “Los Pozoleros”, la nomenclatura de Yenny y cercanos, volvió a la carga. El gobierno de Salomón Jara ha insistido en agotar el diálogo y les ha dado el oro y el moro. Pero no. Hay una consigna mayor: vender caro el voto del ejército de fanáticos pro 4T, enquistado en sus filas. ¿Es una ocurrencia este jaloneo a mes y medio del proceso electoral? Obviamente no.

Con certeza –aunque lo nieguen una y otra vez, que nada tienen que ver con partidos o candidatos- el Cártel 22 ya tiene desplegada su maquinaria de matraqueros y activistas. Hay que recordar que, en las dos últimas décadas, sólo dos ex gobernadores se han atrevido a acotar a este poder fáctico: Ulises Ruiz en 2006 y Gabino Cué en junio de 2016. Alejandro Murat jamás le tocó un pelo. Los dejó hacer y los dejó pasar. El temor cerval a que le colgaran el Sambenito de represor.

Y dicho gremio sigue en las mismas, con sus eternas banderas: castigo a la represión del 2006, cancelar la Reforma Educativa –neoliberal-, el incremento salarial y la búsqueda de más canonjías y privilegios, pero, en especial, justificar su eterna victimización. La política del diálogo y más diálogo simplemente está destinada al fracaso. Desde 2006 a la fecha, no ha dejado de ser más que un artificio retórico para lavarse las manos. Ése ha sido el quid de nuestra tragedia.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— El pasado jueves falleció mi gran amigo, Jorge Castañeda Espinosa de los Monteros. Abogado, egresado de la UAM, policía profesional con los pantalones bien puestos, lo que le llevó a desempeñar diversos cargos en la Procuraduría General de la República (hoy FGR) y en puestos estatales como Secretario de Seguridad Pública en el Estado de México y en el municipio de Oaxaca de Juárez. Sólo tres días antes de su deceso, en compañía de otro buen amigo, Alberto Bustamante, tuvimos una amena charla. Con un buen ánimo, pese a los estragos de su enfermedad, me regaló poco más de una hora de ese reloj que ya estaba en cuenta regresiva. Y es que el destino tenía otros planes. Estaba escrito que sería una despedida. Descanse en paz. Mi más sentido pésame para su familia, su esposa Sara y sus hijos, Jorge y Sara.